miércoles, 23 de julio de 2014

La paz que siento, no es la paz que existe.

El evangelio según San Mateo, capitulo 13, del día de hoy, empieza, "Salio Jesús de casa y se sentó junto al lago...". Nada mas de imaginarlo, una paz recorre mi cuerpo y mi espíritu, mi alma se siente tranquila, mi respiración es pausada.

Ahí, sentado Jesús, mirando el lago de Tiberiades, en paz, con la tranquilidad del maestro, con la armonía que existe en Él, con los pensamientos puestos en su misión, la brisa que llega del lago, que se resbala por su rostro y revuelve su pelo, viendo la creación como transcurre, los peces que nadan en la profundidad, los pajaritos con su vuelo y su canto expresando la felicidad de ver a su Señor,  el sonido de las ramas por el paso del aire, el sol que alumbra y se refleja en las aguas, el murmullo de las hojas que arrastra el viento, todo en si, al rededor de su maestro, de su creador.

Dos mil años después, esa tierra que sintió el peso de los pasos del Señor, ese paisaje que embelesó los ojos de Jesús,  esos arboles milenarios que le vieron pasar, esas higueras que le sirvieron de alimento, todo esto, dos mil años después convertido en un campo de batalla, en la aniquilación de niños, jóvenes, de mujeres inocentes, descargando sobre ellos el coraje y el deseo de venganza de un pueblo sobre otro. 

No aprendimos a seguir sus enseñanzas "amar al prójimo como a ti mismo", no seguimos su ejemplo de maestro " Al que te pegue en una mejilla, preséntala también la otra...", no aceptamos sus consejos, no practicamos su doctrina, somos ajenos a su palabra. ¿Que hemos hecho?: Hemos quitado capillas, retirado crucifijos, cerrado iglesias, hemos metido nuestro corazón a una congeladora materialista, se ha "crucificado" a los sacerdotes, se han almacenado los símbolos religiosos, nos hemos vuelto ciegos a lo que pasa en nuestro entorno, hemos "matado" en nuestras almas, una y más veces a Dios, en fin, hemos terminado negando nuestro pasado y vendiendo nuestra vida al consumismo.

Y luego nos preguntamos ¿Porqué pasa esto? ¿Porqué estas guerras?. ¿Porqué estás violaciones?. Porqué está destrucción de la raza humana por la raza humana?. ¿Porqué estos secuestros?. ¿Porqué estos asesinatos? Etc.  Todos ellos, asuntos que tienen respuesta en el grado que aceptemos que nos hemos equivocado, que debemos regresar a la casa del Señor.

Hoy con tantos casos que nos dejan perplejos y nada a la imaginación,  me pregunto; ¿Que hacen todos aquellos que están alejados de Dios cuando ven, leen, oyen, todo lo que sucede en el mundo?, ¿A quien se acercan para pedir por los enfermos, por los lesionados, por los secuestrados, por los niños y mujeres, ancianos y jóvenes inocentes?.  ¡ No se oye, solo un silencio, un vacío, un hueco sordo, la nada.!

No hay comentarios: