jueves, 28 de agosto de 2014

Juan Sebastian Bach, Cantata del Café BWV 211




1 RECITATIVO 
Narrador 
Silencio, no habléis 
y escuchad la historia.
El señor Schlendrian 
viene con su hija Lieschen 
a la que gruñe como un oso.  
¡Escuchad lo que ella le ha hecho! 

2. ARIA  
Schlendrian 
¿No son los hijos la causa 
de cien mil preocupaciones?  
Diariamente se lo digo 
a mi hija Lieschen, 
pero no me hace caso.

3. RECITATIVO  
Schlendrian 
Descarada niña, chiquilla obstinada.
¡Ah, cuándo me escucharás!
¡Aparta de mí vista ese café! 

Lieschen 
¡Padre, no seáis tan severo!
Si tres veces al día
no bebo mi tacita de café,
entonces me marchitaré
al igual que una cabra asada. 

4. ARIA
Lieschen 
¡Ah, qué agradable es el aroma del café!
Más sabroso que mil besos
y más dulce que el vino moscatel.
Café, café necesito tenerlo,
y quien quiera complacerme
que me regale café.

5. RECITATIVO 
Schlendrian 
Si no dejas de beber café
no irás a la boda 
ni de paseo.

Lieschen 
¡Bien!
Entonces déjame tomar café.

Schlendrian 
¿Es que acaso eres una monita?
Ya no te regalaré 
la falda de ballenas a la última moda.
 
Lieschen 
 No me importa.
 
Schlendrian 
¡Y ya no mirarás por la ventana
a los que pasean! 

Lieschen 
De acuerdo, pero, te lo suplico, 
déjame mi café.

Schlendrian 
De mi mano no recibirás
cintas de oro o plata 
para adornar tu sombrero.

Lieschen 
¡Sí, sí, déjame mi único placer!
 
Schlendrian 
Lieschen, terca, 
¿aceptas todo lo que te propongo?

6. ARIA 
Schlendrian 
Las muchachas obstinadas 
no se dan por vencidas con facilidad.
Pero si se encuentra su debilidad, 
¡oh! se pueden obtener grandes resultados.

7. RECITATIVO 
Schlendrian 
Ahora, escucha a tu padre.
 
Lieschen 
Siempre, excepto en lo que concierne al café.

Schlendrian 
Entonces debes aceptar 
no tener jamás esposo.

Lieschen 
¡Oh sí, padre mío, deseo un esposo!

Schlendrian 
Te prometo que eso nunca lo tendrás.

Lieschen 
¿Hasta que abandone el café?
Desde ahora digo adiós para siempre al café.
¡Padre mío, no lo beberé nunca más!

Schlendrian 
Así pues, tendrás finalmente un esposo.

8. ARIA 
Lieschen 
¡Hoy mismo, hoy mismo,
querido padre, dámelo!
¡Ah, un esposo! ¡Un esposo!
¡Es justo lo que necesito,
y que sea pronto!
que a la hora de dormir,
en vez de café,
tenga un apuesto amante.

9. RECITATIVO 
Narrador 
El viejo Schlendrian marcha 
para encontrar un esposo
a su hija Lieschen;
pero Lieschen, en secreto, se propone:
«Ningún pretendiente admitiré en esta casa, 
hasta que jure y ponga en el contrato marital
que me autorizará, 
siempre que yo quiera, 
a prepararme un café»

10. CORO
Lieschen, Narrador, Schlendrian
No prohíbas al gato cazar ratones.
Las señoritas permanecen fieles a su café,
a la madre le gusta beberlo,
la abuela también lo probó, por tanto:
¿quién puede culpar a la hijas?

No hay comentarios: