Le falto garra, inteligencia, entrega, intuición, sagacidad, amor propio, cariño a la camiseta, a la institución, respeto al publico, a su entrenador y a la directiva, en suma les falto ser futbolistas, jugar fútbol.
El resultado un tiburón en terapia intensiva, en extremaunción, desahuciado, que no tiene más que aferrarse a un milagro.
El Puebla vino a Veracruz con una decisión bien grabada en su mente: " Si queremos permanecer en primera división este partido lo tenemos que ganar". Simplemente eso hicieron, convirtieron en realidad su pensamiento, jugaron el fútbol necesario para lograrlo.
Solo falta el puntillazo final o que el Puebla se confié y no gane los 4 puntos que le faltan para salvarse. Veracruz ya no depende de él, depende de lo que haga o deje de hacer el Puebla, lo demás es historia.
¿Culpables?, todos. Jugadores, entrenador, directiva, gobernador, periodistas y la afición por irse a sentar a un estadio y no hacer sentir su presencia.
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