Se acabo, no hay más, el tiburón, el rey de los mares, sucumbió, en parte a la tenaz y obsesiva ganas de politizarlo y por lo mismo los jugadores terminaron jugando como burócratas. Hay muchos culpables, no de ahora sino desde el principio que el actual gobierno estatal tomo las riendas, hace tres años, los mismos que le tomo al equipo en convertirse en el peor equipo de la porcentual. 
Hoy tratan de usar la desmemoria del aficionado diciendo que recibieron al equipo ya en decadencia, cuando en realidad lo recibieron después de haber sido lideres generales.
Ni modo, tampoco hubo empresarios que le quisieran entrar a esta aventura y así el fútbol de la primera división entrara a otro receso en el puerto de Veracruz.
Lo peor ahora esta por venir, pues en el cementerio de la primera "A", trataran de colocarse las lacras que han hundido en la mediocridad a los jóvenes veracruzanos que algún día han logrado destacar futbolísticamente.
