¡Señor,
dos cosas te pido, no me la rechaces antes de mi muerte!
- Aleja de mí la falsedad y la
mentira…
esta es la primera y la más importante de las peticiones. Y es también mi oración
en este día. ¡Qué haga yo de mi vida ese algo sencillo y recto como una
flauta de caña que Tú puedes llenar de música!.
- No me des ni pobreza y
riqueza:
¡solamente lo necesario para vivir! Es una de las más bellas oraciones
de la Biblia. Es mi plegaria que brota
de mi corazón en este día. ¡Señor, presérvame de la riqueza y de la
pobreza!
Sé que
la riqueza no aporta la felicidad, y endurece con frecuencia corazón: no me des
la riqueza, ¡presérvame para siempre de no ser un “rico” algún día!
Sé que
la pobreza es a veces fuente de amargura y sufrimiento y no me siento muy
fuerte para soportarla: no te pido la pobreza, ¡te pido que me preserves de la
miseria! Dame tan sólo “lo necesario para vivir“.
Da, Señor, a todos mis
hermanos, lo que necesitan para vivir; y ayúdame a trabajar con todas
mis fuerzas para que se consiga ese fin y según mis responsabilidades.
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