lunes, 29 de septiembre de 2014

Dos cosas


¡Señor, dos cosas te pido, no me la rechaces antes de mi muerte!
  1. Aleja de mí la falsedad y la mentira… esta es la primera y la más importante de las peticiones. Y es también mi oración en este día. ¡Qué haga yo de mi vida ese algo sencillo y recto como una flauta de caña que Tú puedes llenar de música!.
  2. No me des ni pobreza y riqueza: ¡solamente lo necesario para vivir! Es una de las más bellas oraciones de la Biblia. Es mi plegaria que brota de mi corazón en este día. ¡Señor, presérvame de la riqueza y de la pobreza!
Sé que la riqueza no aporta la felicidad, y endurece con frecuencia corazón: no me des la riqueza, ¡presérvame para siempre de no ser un “rico” algún día!
Sé que la pobreza es a veces fuente de amargura y sufrimiento y no me siento muy fuerte para soportarla: no te pido la pobreza, ¡te pido que me preserves de la miseria! Dame tan sólo “lo necesario para vivir“.
Da, Señor, a todos mis hermanos, lo que necesitan para vivir; y ayúdame a trabajar con todas mis fuerzas para que se consiga ese fin y según mis responsabilidades.

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